viernes, 25 de junio de 2010

capitulo 30




Sebastián mira con deseo a Vido mientras éste hace pis en la carretera.
--ya de paso yo también haré.
Vido mira con deseo a Sebastián mientras se saca el pene y se pone a hacer pis al lado de Vido. Los dos se gustan mucho y disfrutan de la situación. Se miran sin preocuparse del otro ya que al fin se han dado cuenta que los dos se desean con la misma intensidad. Hablan más tranquilos. Hablan incluso como si fueran amigos.
--¿no es muy oscuro tu pis...?
Vido se le ríe:
--¡¡pero que cosas dices¡ el pis es pis...
Sebastián lo mira algo preocupado:
--el tuyo es muy oscuro... no es normal... ¿no te has dado cuenta si meas más oscuro que antes?
Vido se lo toma a risa:
--¡¡yo no me fijo en eso¡
--yo creo que te deberás hacer unos análisis...
--¿¿como me voy a hacer análisis de eso?
Vido se la sacude y se la guarda. Se sube la cremallera ante la atenta mirada del otro. Se aparta de Sebastián. Mira el lugar. Están en medio de ninguna parte.
--¿donde se supone que vamos? Esta limusina la tenemos que devolver es alquilada... vamos a meter a mi padre en un lío si le pasa algo...
Sebastián se sacude el pene, se lo guarda. Subiéndose la cremallera se acerca a él.
--espero que no intentes nada raro... Las llaves de la limusina las tengo yo... No te puedes escapar.
Vido está feliz al lado de Sebastián :
--¿y quien te ha dicho que me quiero escapar?
Vido sonríe y Sebastián se estremece. Vido empieza a caminar. A Sebastián le encanta su cuerpo, sus andares. No lleva ya ni el saco ni la corbata. Se va desabrochando la camisa.
--¡que calor hace¡
Sebastián esta ardiendo. Vido está tranquilo. Por un momento ha dejado aparcadas todas las broncas que traía hacia el cuñado de su madre. Le gusta, lo desea. Está feliz de estar con él. Sebastián también ha notado un cambio de aptitud de Vido hacia él y eso le gusta. Vido se le acerca a él. Lo mira dulcemente, lo ama y casi y mirada es una suplica a que no lo decepcione más.
--porque me haces esto...?
--No pareces molesto... No me dio la gana que engañaras a tu familia con una boda para tapar que eres gay...
Es una especie de reclamo pero no agresivo. Vido está algo aturdido. Sebastián ya no le transmite el mismo odio que otras veces y trata de averiguar que es lo que pasa por su cabeza.
--todo esto por odio...?
Sebastián lo tiene a Vido tan cerca... Se estremece, quiere gritarle que lo ama pero no se atreve. Sí está seguro que lo desea pero no es solo un revolcón de placer lo que busca así que se mantiene distante.
--es que no me da la gana que seas feliz...?
Vido lo dice como de broma aunque quisiera que fuera verdad:
--cualquiera diría que estás enamorado de mi...
Sebastián se pone tenso:
--¿como crees?
Trata de enojarse pero no puede. Están los dos solos, lejos de su mundo. El odio ha quedado atrás. Vido al fin leer el amor en los ojos de su amado. sonríe seductor. Sorprendido y feliz le pregunta:
--me amas?
Vido sonríe incrédulo. Sebastián cree que es una burla pero Vido se está pegado a él sonsacándolo:
--dime la verdad ¿¿tu me amas a mi?
La sonrisa de Vido lo tiene embriagado. Su sonrisa, su mirada son su mayor arma lograr que los demás se rindan ante él y Sebastián no es una excepción. Aunque le da rabia reconocerlo y que Vido se ríe de él no lo puede callar por más tiempo. Se lo confiesa pero a la vez lo agrade para preparar el terreno cuando él se burle de él porque está seguro que Vido se va a reír de su confesión.
--si te amo y me da igual que lo sepas porque te voy a hacer la vida de cuadritos...¡¡
Vido se muestra sonriente. Satisfecho, feliz. Sabe ver en los ojos de Sebastián que está hablando en serio. Le sorprende gratamente descubrir un corazoncito en el cuñado de su madre. Lo mira enamorado y muy tierno y sonriente le dice:
--pues nos amargaremos los dos porque yo también te amo...
Y Vido lo dice sin pena con ganas de gritar al mundo. Lo dice abiertamente.
--¡¡te amo Sebastián¡ ¡me gustaste desde el primer día en que te vi y como te odié porque te amaba y tú me detestabas¡
Sebastián se ha quedado en shock. No puede creer que a Vido le hubiera pasado exactamente lo mismo que a él, que lo ama creyendo que era odiado.
--te burlas de mi?
Vido le sonríe y lo mira con cariño:
--yo no soy como tú...
Sebastián lo siente como un reproche y no se atreve a moverse. Vido sonríe dulcemente, le hace gestos con la mano:
--ven aquí...
Lo abraza y lo estrecha contra tu pecho:
--te amo, te amo con un amor insano que no debería existir...
Vido siente amor, siento dolor. Sebastián y Vido están felices de estar el uno en brazos del otro. Sebastián no se cansa de besarlo, de acariciarlo:
--¡¡no, no digas eso¡ ¡¡yo te amo y ahora que sé que me amas...¡ ¡¡no hay problemas¡
Vido no lo suelta, lo tiene muy abrazado. Lo mira con tristeza:
--las cosas no son así de fáciles... has hecho mucho daño...
Sebastián lo abraza y lo mira con desesperación.
--¡¡castígame como quieras pero no me castigues sin ti porque entonces si me matas¡ ¡¡estos meses en los que creía que no me amabas han sido infernales y he hecho muchas locuras... te juro que yo no soy así...¡ ¡¡yo no soy así¡ ¡¡no sé que me pasó¡
Vido lo mira con ternura. Lo siente sincero:
--no te puedo castigar sin tenerme porque no tenerte para mí ya es un castigo.
Los muchachos se siguen abrazan y se besan con desesperación.
--¡te amo, dime que me perdonas mis loqueteras, que podemos comenzar algo juntos...¡
Vido le sonríe y esa sonrisa derrite a Sebastián :
--te amo y yo te perdono pero hay cosas que no se pueden borrar.
Sebastián lo besa:
--si me amas entonces nada más importante...
--si, claro que te amo...
Los dos se derriten el uno en brazos del otro. Sebastián tiene una sonrisa que lo ilumina todo. Vido es feliz pero hay una sombra de amargura en su mirada. Sebastián lo acaricia:
--porque tan triste? mi amor.
Le llama mi amor sin pensar. Lo miró a los ojos y le nació. A Vido le emociona pero le sorprende:
--mi amor?, nunca pensé que me llamaras mi amor.
Sebastián lo mira enamorado:
--nunca llamé a nadie amor... ¿te molesta?
--no claro que no...
Vido le sonríe con amor pero con esa tristeza en su mirada que Sebastián trata de borrar con sus besos y sus caricias:
--no quiero que estés triste...
Con un hilo de voz Vido le dice:
--como quieres que estés triste si amo al hombre equivocado...
--¿y porque al hombre equivocado? --pregunta triste.
Vido lo mira con cara de preguntarle: ¿y me lo preguntas?. Sin separarse de sus brazos le dice.
--yo se que no te puedo amar... ¡estás esperando un hijo de mi madre¡
Y esa es una realidad que le asusta. Amar al padre de su nuevo hermano, se siente mal por amar a Sebastián y a Sebastián ahora que sabe que lo ama le da miedo pensar que tiene que vivir sin él.

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