lunes, 28 de junio de 2010

capitulo 35





Vido y Sebastián están desnudos sobre la hierba mirándose y acariciándose. Feliz luego de haber disfrutado una vez más de sus cuerpos. De su amor. Se miran con profundidad. La mirada del uno está clavada en el otro, Los dos están tomados de la mano. Sebastián se las besa.
--gracias por perdonarme todas mis majaderías... Gracias por quererme.
--No me tienes que dar las gracias... Me siento un poco culpable por no haberte enfrentado... por no haber luchado por ti antes... nos habríamos ahorrado muchas cosas...
Sebastián besa a Vido:
--no quiero que estés triste, piensa que de haber actuado de otra manera nuestros hijos no existieran y aunque tu madre no deje que me le acerque me hace mucha ilusión ser padre...
Vido lo mira con ternura:
--sí la verdad es que sí...
Vido y Sebastián se ponen de costado para estar tumbados frente a frente. Se miran a los ojos, gozan con la visión de la desnudez del otro.
--A mi me duele haberte lastimado pero creo que no cambiaria ninguna línea de nuestra historia porque así lo hemos gozado más...
Sebastián y Vido no dejan de mirarse profundamente enamorados.
--a mi me duele por tu madre y aunque va a complicar las cosas sí me emociona que tu hijo sea mi hermano... --mientras habla Vido y Sebastián se miran, se acarician-- y lo importante es el resultado final...
Se besan, se endulzan los oídos. Vido se va a levantar pero Sebastián no lo deja:
--no te levantes, quedémonos un rato así...
Vido lo mira amoroso:
--mañana tengo que estar en mi trabajo...
Sebastián lo abraza con fuerza:
--no olvides que esto es un secuestro...
Vido no le dice nada pero le sonríe mucho. Lo mira suplicante. Sebastián sigue hablando:
--Almenos deja que disfrutemos de unas horas más de esta belleza...
Con ironía Vido le dice:
--lo de belleza va por mi ¿no?
Sebastián lo besa:
--por ti y el lugar...
--ah, vale.
Los dos se miran contentos. Están felices juntos. Se complementan a la perfección. Sebastián abre sus brazos y recibe en ellos a su Vido al que le regala mimos, caricias y palabras de amor.
--podemos bajar al pueblo a desayunar y miraré de alquilar un auto así estarás más descansado...
--oye, que no soy un debilucho... --dice Vido regañón.
--Lo sé pero lo digo porque así podemos quedarnos todo el día, viajamos en la noche y llegas justo a tiempo de darte una ducha e irte al trabajo...
Sebastián lo mira seductor para convencerlo, Vido responde sonríente.
--la idea es buena aunque no creo que si voy a mi casa pueda ducharme... Tendré que contestar a muchas preguntas y eso sin tener en cuenta que les diga que estoy contigo...
--¿se los vas a decir?
A Sebastián le da miedo lo que Elizabeth pueda decir, preferiría mantenerse en el anonimato.
--Mi madre me merece que sea yo quien le diga la verdad. Aunque sea difícil, no quiero ni ocultarme y tampoco quiero que mi madre se entere de lo nuestro por otro lado...
--¿y entonces?¿donde vamos a ir? Yo tampoco tengo sitio y el dinero que tenia me lo gasté para esto...
Vido lo mira con timidez, no cree que lo que le vaya a decir le guste:
--A mi se me ocurre ir a lo de Juan...
Sebastián se incorpora sobresaltado:
--¿¿¡tu amante?¡¡ ¡¡¡¿quieres ir con tu amante?¡ ?¿¡
Vido lo mira, con las manos va tratando que se calme:
--¡¡a ver... pausa... tranquilo...¡ Juan es solo mi amigo...
--¡¡si pero está enamorado de ti...¡ ¡¡te acuestas con él ¿¿es que quieres acostarte con los dos?¡
Sebastián está muy alterado, Vido habla muy tranquilo:
--¿¿es que tu nunca te has acostado con un amigo? Si, es cierto Juan está enamorado de mí pero yo no soy una bestia... Yo te amo a ti y ahora no podría estar con otro... --luego le sonríe pícaro-- tampoco tendría fuerzas.
La sonrisa de Vido lo tranquiliza:
--está bien, pero no me parece eso de ir a casa de tu amigo... ¿¿quieres que nos metamos los dos en su casa?
--bueno pues seguro que no le importaría --dice Vido cariñoso-- solo pedirle que me deja su ducha y algo de ropa para ir al trabajo...
--está bien, ya no pensemos en eso... ¿nos damos un baño?
Vido se la cobra. Él se levanta primero:
--¡¡mariquita el ultimo...¡ --dice yendo corriendo hacia el agua.
Pero Sebastián lo atrapa antes de llegar al agua y con él agarrado por la cintura se lanzan al río. El agua apenas los cubre, se revuelcan un poco en la parte menos profunda. Luego entre besos y abrazos van adentrándose.
--Te amo, mi Vido.
--Te amo...
El uno abrazado al otro se miran con amor y se lo manifiestan una vez más. Luego salen los dos corriendo y desnudos y se tiran en la hierba. Vido tiene la respiración muy acelerada.
--¡venga flojo, que pareces un jubilado¡ --le dice Sebastián tumbándose a su lado.
Con la voz de cansado pero muy contento y sonríente, Vido le dice:
--tu espérate que descanse un poco y te enterarás...
Sebastián se le coloca encima y comienza a hacerle cosquillas. Ríen, se besan, se aman. Se quedan un buen rato tostándose al sol. Luego Sebastián se levanta. Vido se iba a levantar:
--no hace falta... descansa... --le dice el otro cariñoso.
Vido obedece porque le hace falta descansar. Trae un par de tortas que traía preparadas. Se queda a su lado, comiendo una. Vido solo se quita un trozo de la otra.
--come un poco más... --le dice Sebastián muy cariñoso.
--no en serio... no tengo más hambre...
Se quedan tumbados un rato mirándose y hablando de todo y de nada. Sebastián se levanta. A Vido le gusta mucho verlo desnudo y caminando.
--¿vamos a dar una vuelta al pueblo? Quiero mirar lo del auto.
Vido se levanta.
--si pero no me quiero poner mi disfraz y ni modo que vaya así ¿no?
Sebastián se lo come con los ojos. Le fascina admirarlo en todo su esplendor:
--no seria mala cosa...
Vido le guiña el ojo. Sebastián le entrega unos jeans y una camiseta.
--algo es algo... --dice Vido.
A Sebastián le excita mucho como Vido se pone esos jeans sobre su cuerpo desnudo y cubre sus genitales. Bajan a la ciudad que está a sus pies, miran lo del carro, dan una vuelta, compran algo. Pasean sin tocarse ni demostraciones amorosos pero sí se dicen y se hacen de todo con sus ojos. Regresan en el auto, es Sebastián el que guarda la moto en el maletero. Vido quiere ayudarlo, quiere conducir él pero Sebastián lo ve algo débil y muy protector le dice que no.
--bueno pero de regreso a casa si conducimos un rato cada uno... --insiste Vido.
Sebastián hace que no con la cabeza:
--nada de eso.. Que tu tienes que dormir para estar descansado...
--No me trates como un inútil... --protesta Vido.
Sebastián es muy cariñoso.
--no es eso... ya que tú eres el que trabajas pues a mi me toca consentirte...
A Vido lo convence. Van hacia el auto. Vido lo abraza:
--gracias por cuidarme... --le dice sonriendo enamorado.
Sebastián lo acaricia protector, lo mira con mucho amor.




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