Sebastián y Vido viven unas horas idílicas en la cabaña del río. Los dos juntos son felices. Apuran cada segundo viven cada minuto como si fuera él último. Sebastián tiene miedo que fuera de ese paraíso el odio y el rencor vuelva a separarlos. Vido está seguro que eso no pasará. Ahora que sabe que Sebastián lo ama en serio está dispuesto a luchar si es preciso por no perder lo que tienen. Sebastián es muy dulce y muy protector con él. No quiere que se canse mucho.
--yo te puedo ayudar... ¡¡no me dejas hacer nada¡ --se queja Vido porque no le deja preparar las cosas para el picnic...
Sebastián se pone en cuclillas:
--eso no es cierto...Me puedes hacer lo que quieras --dice pícaro.
Vido le sonríe y lo besa:
--No seas pasao --dice divertido-- sabes que no me refiero a eso.
Sebastián mira a Vido muy protector:
--deja que te cuide, te cansas mucho y antes que no soluciones lo de la anemia esa que debes tener es mejor que sólo trabajes para las cosas importantes.
Vido lo mira con cara de depravado:
--¿las cosas importantes?¿como qué? --dice irónico y muy pícaro.
Sebastián le guiña el ojo y muy seductor le dice:
--luego te digo... en cuento te arranque estos jeans... es un pecado que aun los lleves puestos.
Vido responde a la seductora mirada de su amado apasionado.
--lo mismo digo de ti...
Los amantes se desnudan con la mirada pero permanecen vestidos durante la comida. Eso sí no dejan de mirarse y tocarse los muslos lascivamente. Y el postre son ellos mismos... Vido es el que toma la iniciativa, tira a un lado los restos de la comida y se lanza sobre su amado. Se apodera de Sebastián. Su mirada y su voz son puro amor. Lo acaricia mientras le susurra:
--Eres mío... ya no te puedes escapar de mi...
Y Sebastián lo mira como si estuviera en el cielo. El amor tan grande que sienten el uno hacia el otro los hace estremecer:
--Vido... Mi Vido...
--Te amo... --dice calidamente.
--Te amo
El uno desnuda al otro con ternura, con pasión.... Sus cuerpos desnudos se recorren con un desesperado amor. Se regalan mutuamente el placer más puro e intenso que jamás hayan conocido. Luego se quedan los dos desnudos sobre la hierba. Tomados de la mano, sus ojos, sus pieles hablan por ellos. Se bañan, caminando desnudos tomados de la mano.
--Esto es el paraíso --dice Vido.
--Nuestro paraíso --dice Sebastián.
Se sienten Adán y Eva, se sienten solos en el mundo. Ellos dos solos con un amor inmenso para vivir. Ya ha anochecido, Vido está vestido y abraza a Sebastián que sigue desnudo.
--mi amor, no me hagas esto. No me la hagas más difícil...
Sebastián lo mira triste:
--no me quiero ir...
Vido también está triste, le habla con la voz rota. Lo acaricia.
--¿y crees que yo sí? pero es mi trabajo... no me hagas esto...
Sebastián accede a vestirse a regañadientes. Resignado le dice:
--pero que conste que tú me obligas...
Vido le sonríe enamorado, contempla excitado mientras se viste. Luego lo abraza y se besan con intensidad. Abrazados van hacia el auto. Los dos miran hacia atrás con un brillo de tristeza en la mirada. Vido le pone la mano en la mejilla y le dice:
--volveremos, te lo juro...
--ojalá sea así
Sebastián habla con miedo. Nunca había sido tan feliz, ya no concibe la vida sin su Vido y le da horror que:
--la gran ciudad acabe devorando nuestro amor.
Vido lo acaricia con todo su amor para infundirle confianza.
--no lo hará si no le dejamos...
Y se besan y sonríen y se dicen de nuevo que se aman y Sebastián no se cansa de dar las gracias a su Vido por tanta felicidad y Vido que sí ha vuelto a nacer gracias a él. Y los dos enamorados regresan a su realidad pero seguros en especial Vido de que su amor es indestructible. Sebastián maneja durante toda la noche. Aunque quería que Vido se queda en los asientos de atrás para descansar, Vido no ha querido. Se queda a su lado. Mirándolo lleno de amor. Sebastián lo mira de reojo. Le produce mucha ternura verlo dormido.
--ya no podría vivir sin ti...
Vido, que solo medio dormía, lo mira con una dulce sonrisa y le dice divertido:
--¿¡y quien le ha dicho a usted que tendrá que vivir sin mi?
Le pone la mano en el muslo coqueto y enamorado:
--lamento decirte que esto es de por vida... Ya no podrás librarte de mi... ahora soy yo quien te secuestro a ti...
--eso es lo que más quiero.
Se miran y suspiran.
Llegan al amanecer a la casa de Juan. Frente al auto se besan para despedirse.
--No subes conmigo?
--No es mejor que no... No quiero ver a tu amiguito --dice Sebastián con celos.
Vido le sonríe, le agarra la mano:
--te juré que hasta que me muera no volveré a tocar ni que me toque otro hombre...
Las calles están desiertas y Vido y Sebastián se besan apasionadamente.
--Yo me voy a ver si arreglo para devolver el auto...
--yo te llamo cuando salga del trabajo...
Ni Vido ni Sebastián se sueltan las manos.
--me tengo que ir --Vido dulce.
--Nooooo --le suplica el otro.
Y es que luego de las intensas horas que han vivido juntos a ninguno de los dos les apetece irse. Se han acostumbrado el uno al otro. Sebastián le pide un beso muy cariñoso y luego otro y otro y Vido que me tengo que ir pero lo besa. Les cuesta mucho separarse.
--¡¡ya ahora sí...¡
Y Vido se va sin mirar atrás porque sino no podría hacerlo. Antes de desaparecer por el portal se da una vuelta y ahí está Sebastián mirándolo con amor y lanzándole un beso. Cada uno se va muy contento y contando ya las horas para volver a verse. Juan se emociona al ver a Vido lo abraza:
--¡¡Vido... que gusto...¡ ¡¡donde te metiste¡?
Vido se muestra entusiasmado:
--¡¡estoy enamorado... Sebastián y yo estamos enamorados...¡
Juan juraría que es mentira lo que ha oído pero Vido está demasiado feliz.
--¿¿qué?
Vido se empieza a desnudar y Juan le acaricia el pecho coqueto:
--pero veo que te has quedado con ganas...
Juan por un momento temió que todo fuera a cambiar entre ellos y lo va a besar pero Vido le pone la mano en frente:
--No Juan... sé que no es justo contigo pero ahora que estoy de pareja de Sebastián no necesito un amigo con el que tener sexo... Lo siento pero no podemos volver a lo de antes.
Y a Vido le dolería lastimar a su amigo pero no lo quiere engañar. Juan se traga sus lágrimas:
--No si todo está bien... Tampoco es que esté enamorado... enamorado... --dice roto del dolor pese a que lo trate de disimular-- me gusta coger contigo pero si se acabó pues se acabó.
Vido sabe que lo dejó hecho bolsa pero le agradece que no le haga escándalo. Le pone la mano en los hombros:
--tu amistad siempre será muy importante para mi...
--Si eres feliz no me importa nada...
Vido abraza a su amigo con mucho cariño y ahora que no lo ve Juan se permite que una lágrima deslice por sus mejillas.
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